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24 junio 2011

Borrar la historia personal.


Tenemos una biografía  que cargamos durante toda la vida. Mi papa era así, mi mama era agresiva, en el colegio no tuve muchos amigos, era gorda en esos años lo que me causaba vergüenza, mis papás se separaron cuando yo era chico y la relación con  mi padre fue siempre esporádica y distante, pasaba en esa época muchas horas solo, mi hermano me golpeaba y yo le tenía miedo...
Nos movemos entonces por el mundo contando reiteradamente la historia de nuestras vidas. ¿No te conté del bullying de que era víctima en el colegio?. Déjame hablarte de mi mama loca. Dame unos minutos para explicarte que la desconfianza que le tengo a los hombres es porque mi papá me daba susto con su vozarrón y su mirada silente y castigadora que provocaba un estallido de culpas por doquier. Yo era la del medio y sentía preferencias claras por mis hermanos de parte de mis padres.
Cada vez que repetimos como loros lo bueno y lo malo de nuestra biografía, renovamos sin querer una única descripción del mundo y nos plantamos estáticos e inmóviles siempre en el mismo lugar sin posibilidad de cambio.
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02 julio 2010

El viaje.


Diciembre de 1984. Tengo dos semanas de vacaciones antes de empezar el internado de Medicina que durará un año y donde estaré sometido a altas presiones académicas.
Estoy en Los Molles, a 200 kms. al Norte de Santiago. Son las 5 de la mañana cuando salgo de la casa que sobre un risco mira hacia el Pacífico. Llevo en mis espaldas una mochila con agua mineral, un chaleco y un gorro para el sol.
A las 4:30 tomé una dosis de LSD, ácido lisérgico. Será mi primera experiencia con un alucinógeno.
Estoy preparado. Siguiendo las descripciones que leí de Aldous Huxley y Timothy Leary, llegué dos días antes a la playa, solo, sin TV, leyendo, descansando y comiendo sano. Nada de cháchara, diarios ni diálogos internos complejos. Salgo en ayuno. Aún falta un rato para que comience a clarear.
Me quedo detenido frente a la casa. Un foco de la calle la ilumina. Las planchas de madera que la conforman lucen de una geometría impecable. No hay nada especial en ellas, sin embargo las líneas de cada listón resaltan. Me quedo durante varios minutos contemplando la casa. Es la misma, nada en ella ha cambiado, sin embargo su geometría me intriga. Siento que ya estoy mirando de otra forma.
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